Desde la Ruta (III) – Picos de Europa

Desde el aire

Faro Santa María – La Paloma

Cruzando el verde – Montanejos

En tonos malva – Alicante

Real Monasterio de Santa María de Guadalupe

Edificio construido entre los siglos XIII al XVIII presenta en su arquitectura la mezcla de estilos gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico que lo convierte en un edificio único que desde 1993 pertenece al “Patrimonio de la Humanidad”.

La talla románica en cedro de la virgen de Guadalupe data del S. XII, fue encontrada por un pastor de Cáceres, Gil Cordero, junto al río Guadalquivir y pertenece al grupo de Vírgenes Negras de la Europa Occidental de esos siglos, siendo esta virgen declarada patrona de Extremadura en 1907.

Alrededor de la hermita que se construyo para esta virgen se fueron asentando los primeros pobladores. Esta agrupación en 1937 se la nombró como “Pobla de Guadalupe”, hasta que en 1820 se constituye el primer ayuntamiento. Originalmente este pueblo perteneció a Castilla la Nueva pero en 1833 pasa a formar parte de la provincia de Cáceres y por lo tanto a Extremadura.

Herencia “in red” – Valletta

Desde la ruta (II) – Palencia

Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer – Avilés

Situado en la Ría de Avilés este complejo cultural, diseñado por el centenario arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, integra espacios para poder realizar diferentes manifestaciones artísticas de las áreas de música, cine, teatro, fotografía, gastronomía, etc.

Digno ejemplo de la arquitectura de este profesional, uno de los representantes más influyentes de la arquitectura moderna de principios del siglo XX, presenta volúmenes puros realizados en hormigón armado, sinuosos, curvos, insertos en una gran explanada pavimentada.

En esta primera visita, apenas a un mes de su inauguración, no he visto muestras de “apropiación” de esos grandes espacios exteriores por parte de la población de la ciudad, quizás por ser un día laboral, quizás por las “barreras” que hay que atravesar para llegar a él (vías de tren y ría), quizás porque aún no han superado la timidez y piensen que sería un atrevimiento hacerlo.

Lo cierto es que la ciudad ya está viendo los cambios que este Centro genera, una afluencia de turistas (entre los cuales me encuentro) que no irían a ella sino fuera por la presencia de esta obra. Esto hace que se la conozca, que comiencen a tener un ingreso por un rubro que hasta ahora no era significativo y que, según como se administre, puede ser beneficioso para su gente.

Por lo pronto, solo espero que en la próxima visita coincida con alguna de las actividades musicales,  o por lo menos asistir a alguna visita guiada para ver los espacios interiores.

Velo de Agua– Valladolid

Marea Baja – San Vicente de la Barquera