Ubicada al oeste de Montevideo y a pocos kilómetros del inicio del Rio de la Plata (confluencia de los Ríos Uruguay y Paraná) fue estratégicamente construida con una finalidad de dominio territorial.
El primer asentamiento, realizado por los portugueses en 1680, responde a su ubicación frente a la ciudad de Buenos Aires, que se encontraba bajo dominio español.
Su casco tiene una presencia única que se transmite a través de la interacción portuguesa, española y post-colonial en cada piedra de sus calles, de sus construcciones.
Al recorrerla, este río que acaricia los testimonios de luchas y dominaciones, le genera una frescura en el aire, una brisa suave que produce un ambiente único.
En 1995 ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.