Ejemplar del arte Románico en Zamora cuya construcción se inició en 1180 constituye uno de los monumentos artísticos más importantes de esta ciudad.
La obra permaneció inconclusa hasta el impulso restaurador del último cuarto del S.XIII, recibiendo las bóvedas de crucería de la nave central en estilo gótico en el S.XVI.
En la torre supo haber un reloj que, cuenta la leyenda, se podía escuchar en toda la comarca, y del cual solamente nos queda este refrán:
“Campanas las de Toledo,
catedral la de León,
reloj el de Benavente,
y rollo el de Villalón.”
Su ubicación en el centro de la ciudad hace que uno se sorprenda gratamente al encontrarla dentro de una trama tan particular.
